Conjunción de la Luna con Júpiter en la Carta Natal

    La unión de la sensible Luna con el más afortunado de los planetas tiene que ser forzosamente muy buena para el nativo, pues favorece un carácter sumamente amistoso, servicial y bondadoso. Son personas extrovertidas, abiertas al mundo y a sus semejantes, muy populares y queridas por los que las rodean. Generosos, altruistas y caritativos, estos nativos tienen sinceros deseos de ayudar a sus semejantes y de trabajar por la construcción de un mundo mejor.

    Movidos por elevados ideales religiosos, sociales o políticos y el sincero deseo de proteger a sus seres queridos y ser benefactores de su hogar. Tienen algo de paternal o pontifical, se sienten inclinados a enseñar o "predicar" a los que los rodean, exponiéndoles sus creencias y conocimientos. Es una combinación que da optimismo, esperanza, fe en la vida, en los hombres, en Dios o en algo superior que los protege, por lo que suelen tener una actitud confiada y desenfadada ante la vida. Esa fe en algo superior los ayuda a dar significado a su vida, y también a las pruebas que tengan que afrontar. Se sienten atraídos por la religión, la filosofía y los conocimientos superiores, y también por la política; desean desempeñar un papel importante entre los hombres.

    Estos nativos suelen ser muy sensuales y tienden a alimentarse en exceso, de ello pueden derivarse tendencias patológicas como la obesidad o la gota. Por otra parte, favorece la felicidad en el hogar y la familia, y facilita que se viva una infancia feliz. Pero a pesar de tratarse de uno de los contactos más positivos, también puede llevar en ocasiones a la prepotencia o a la arrogancia, a creerse Dios o el Mesías, así como a confiar a veces demasiado en la suerte.

    Estas personas se ven favorecidas por la fortuna y tienen muchas posibilidades de alcanzar el éxito en la vida, con capacidad para triunfar en empresas colectivas. Les gustan mucho los viajes y los lugares lejanos, así como sus culturas. Puede vivir en el extranjero durante un tiempo. Físicamente, favorece un aumento de la vitalidad y la energía, lo que puede hacer a estos nativos inmoderados en el goce de los placeres, especialmente en los de la mesa. 

   Un ejemplo de esta configuración lo tenemos en la Princesa Letizia Ortiz, una plebeya afortunada.

Carta de la Princesa Letizia

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