Simbolismo de las Casas por Robert Hand



A continuación os pongo un resumen del simbolismo de las casas de Robert Hand.
Nivel interno
PRIMERA
La persona (la máscara), lo que media entre el yo y el mundo; la imagen que tenemos de nosotros mismos y la que presentamos a los demás.
SEGUNDA
La parte del ego que desea fluir más allá de los límites del cuerpo para vincularse con entes externos y convertirlos en parle del propio ser.

TERCERA
La parte de la mente que hace que las funciones mentales y físicas aprendidas conscientemente funcionen de forma automática. La base inconsciente de la disposición mental fundamental que más influye en nuestra experiencia de la realidad cotidiana. Los procesos psicológicos (configuración de la energía psíquica) que se producen cuando actúa un hábito.
CUARTA
Las funciones psíquicas que nos conectan con el resto de la vida, con sentimientos de pertenencia, de «sentirse cómodo en», y de estar conectado; nuestra línea de comunicación con el inconsciente colectivo. Las estructuras psicológicas heredadas.
QUINTA
Aquellos aspectos de la psique que quieren expresar la naturaleza del yo; el impulso a representar el papel que hemos escogido, o a crear, que nos proporciona el sentimiento de estar vivos y de ser únicos.

SEXTA
Los aspectos de la psique que posibilitan la gratificación diferida. La parte inconsciente de la mente que incorpora a la psique las energías e influencias provenientes de la vivencia consciente. Nuestra actitud ante la necesidad y el servicio.
SÉPTIMA
Los aspectos de la psique que se manifiestan durante los en- frentamientos con el mundo externo y que tiñen nuestra vivencia de -o nuestras reacciones ante- lo que parece ser la realidad externa. El uso de las relaciones con terceros para definirnos ante nosotros mismos.
OCTAVA
Las energías interiores que quieren acercarse al mundo y experimentarlo, que nos obligan a desprendernos de los apegos que las traban y que de esa manera nos empujan a seguiravanzando hacia el crecimiento y el cambio.

NOVENA
Las energías de la mente consciente que se encauzan hacia afuera para experimentar y percibir tanto como sea posible del mundo, y entender lo que se percibe. Las pautas psicológicas (filosofía, visión del mundo o sistema de la realidad) que modifican nuestras percepciones e influyen en ellas. La mayor conciencia posible de lo que no es el yo.

DÉCIMA
Las energías de la mente consciente que se encauzan hacia afuera para actuar en el mundo externo, centradas en los interrogantes: «¿Quién soy?», «¿Qué hago?» y «¿A dónde voy?» dentro del propio marco social. La interiorización de energías que previamente fueron externas, como por ejemplo la función paterna; el superyó freudiano. La mayor conciencia posible del yo.

UNDÉCIMA
La necesidad de salir de nosotros mismos, de establecer contacto con los demás e integrarnos en un grupo. Las aspiraciones y los ideales compartidos. La capacidad de identificarnos con los demás y de convertir la identidad del grupo en parte de la nuestra.
DUODÉCIMA
Las energías que sacamos efectivamente al mundo, y que si en los años de juventud fueron fuente de derrotas y no se integraron en el nivel consciente pueden dar la impresión de que funcionan contra nosotros como fuerzas dañinas o como debilidades que nos dan miedo. La solución puede llegar por la vía del sacrificio del ego de una manera simbólicamente apropiada.


Nivel de relación
PRIMERA: La personalidad; la apariencia física. El sentimiento de estar polarizado con respecto a algo o alguien externo; uno mismo como agente activo.

SEGUNDA: La actitud ante las posesiones y los apegos; la autovaloración y su expresión en el comportamiento. Lo mío frente a lo tuyo. La conciencia y la vivencia del apego frente al desapego.

TERCERA: El «piloto automático» de la mente, que mantiene nuestra relación con el mundo cotidiano, por ejemplo mediante el habla y las comunicaciones de rutina. La expresión de las actitudes y los programas básicos de conducta; la vivencia de las actitudes y los programas básicos de conducta de los demás en el entorno inmediato.
CUARTA: Las relaciones que más apoyo y alimento afectivo nos brindan, los aspectos más personales e íntimos de nuestra existencia social. Nuestras experiencias infantiles y prenatales, con sus consecuencias en nuestra conducta inconsciente.

QUINTA: Las relaciones que se forman principalmente por placer o por necesidad de expresarse; las aventuras amorosas. Nuestra relación con los productos de nuestra actividad creativa espontánea; el hecho de tener hijos.

SEXTA: Las necesidades que se originan en circunstancias externas; el trabajo y otras actividades que no se practican con miras a la autoexpresión. Las relaciones de subordinación o las establecidas por necesidad, deber o responsabilidad.

SEPTIMA: Los encuentros entre dos personas y nuestra manera de abrirnos a los demás para establecer relaciones íntimas de persona a persona

OCTAVA: Los encuentros con circunstancias externas que reflejan nuestra propia dinámica interior hacia el cambio. Las relaciones intensas; el orgasmo y otras vivencias de muerte y renacimiento. Nuestra capacidad para usar la experiencia como guía para el cambio.
NOVENA: Nuestra relación con el mundo en vivencias que configuran nuestra visión de la realidad, en particular los viajes que expanden la conciencia y otras experiencias que nos sitúan en un ambiente no familiar.
DECIMA: Las relaciones de desigualdad entre nosotros y los demás, en que la persona dominante enseña o guía a la otra.
ONCE: Las amistades, la pertenencia a grupos y otras relaciones menos íntimas que las de la casa siete.
DOCEAVA: La proyección de aspectos ocultos de nosotros mismos en nuestras relaciones íntimas. Las relaciones de devoción y servicio que trascienden el ego.



Nivel externo


PRIMERA: Nosotros frente a Ellos; el propio grupo o «lado» (pero sólo en relación con un grupo externo).
SEGUNDA: La riqueza, las posesiones físicas y los recursos; los objetos concretos a los que estamos apegados.

TERCERA: Las personas, los lugares y las situaciones que participan estrechamente en nuestro mundo íntimo y personal: hermanos, hermanas, otros familiares, vecinos, el supermercado del barrio, etc. Los viajes cortos y otras maneras de establecer conexiones de rutina en nuestro mundo personal.

CUARTA: El progenitor que nos nutrió afectivamente y otras personas con quien se tiene este tipo de relación (en que se da y se recibe apoyo a la vez); la propia casa, el hogar, la familia de la niñez y de la edad adulta, la comunidad, el pueblo natal, la nación, etcétera.

QUINTA: Los lugares de diversión, los juegos de azar y la especulación. La vivencia que tenemos de nuestros hijos en cuanto a la autoexpresión y la creatividad.

SEXTA: La experiencia que tenemos de los jefes y los empleados. Las tareas reales y cotidianas de la profesión. Nuestro trabajo si sólo es un medio de ganarnos la vida y no satisface nuestro propósito vital. Las enfermedades (debidas a que se incorporan energías que a la mente o al cuerpo le resulta difícil manejar).

SEPTIMA: La vivencia que tenemos de nuestra pareja, nuestros socios en los negocios, nuestros enemigos o competidores. Ellos frente a Nosotros (en enfrentamientos directos).

OCTAVA :Nuestra vivencia de los acontecimientos y circunstancias en que debemos enfrentarnos con la transformación o con el apego, propio o ajeno, a aquello que se transforma: la muerte de los demás; la ruptura, la decadencia y el renacimiento; el dinero y los recursos de los demás, es decir, sus apegos.

NOVENA: Todo lo que parece alejado de la experiencia diaria: las naciones, formas de vida, filosofías y religiones extranjeras; los extranjeros u otras personas con un estilo de vida y una visión del mundo muy diferentes de las nuestras. Los maestros, en el sentido de gurus.

DECIMA: Nuestra vivencia de los guías, las figuras de autoridad o que imponen disciplina, los jefes, los patrones, los funcionarios gubernamentales, etc., que deriva de nuestra vivencia de la figura paterna al comienzo de la vida.

UNDECIMA: Las personas con las que nos relacionamos y los grupos con los que nos identificamos.

DUODECIMA: Las circunstancias y situaciones sociales que son difíciles porque sentimos que nos desgastan. También las entidades y circunstancias sociales que nos ayudan a superar las consecuencias de las energías de la casa doce: hospitales y otras instituciones semejantes, maestros y empresas espirituales.

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