Astrología Occidental y Budismo.

   Cuando una persona que sigue la filosofía budista desea practicar astrología, tiene un par de opciones. Una de ellas, si sigue el budismo tibetano, puede estudiar astrología tibetana, la que practican los lamas que es una mezcla de astrología china e hindú. Otra opción consiste en practicar astrología occidental, que también es holística, pero poniéndose "unas gafas budistas". Es decir interpretando las distintas configuraciones de la carta natal occidental, levantada con el sistema de Placidus de toda la vida y emplear las técnicas occidentales, pero incluyendo la perspectiva filosófica budista en la interpretación. Esto es lo que yo hago. Entonces la concepción budista del karma, la interdependencia y la transitoriedad o impermanencia, tiñe la interpretación. Claro que para practicar astrología occidental con perspectiva budista, se debe conocer bien la astrología occidental y el budismo.

El Buda Sakyamuni
    En cuanto al karma, casi todos los occidentales interesados en la espiritualidad oriental ya están familiarizados con este concepto, como lo están también lo esoteristas de la filosofía hermética de la cual proviene la astrología. Quizá sería más adecuado cambiar la palabra karma por condicionamientos. Condicionamientos que traemos de vidas anteriores y aquí por supuesto incluimos la reencarnación. La carta natal de una persona muestra cuales son estos condicionamientos. El signo en el que se encuentra un planeta muestra el condicionamiento que tiene, el que trae de otras vidas y por tanto también la predisposición genética. Sin embargo, la posición de un planeta por casa muestra la labor que la persona debe realizar en esta vida, con una determinada energía. Veamos un ejemplo: una persona con un Mercurio en Piscis, tiene el condicionamiento de usar la mente para cuestiones muy sutiles, no tiene una mente objetiva, esta condicionado para la subjetividad, pero si tiene ese Mercurio en Piscis en la casa VI, la de Virgo, en esta vida tendrá que aprender a trabajar y a servir a los demás de forma práctica y metódica utilizando el condicionamiento sensible de su Mercurio. Puede ser una persona que se gane la vida recitando poesía o escribiendo cuentos o dando conferencias  o escribiendo sobre temas místicos. Aquí he escogido un ejemplo extremo. De gran contraste entre el condicionamiento y la labor de la existencia. Por supuesto que si la persona de mi ejemplo, tuviera a Mercurio en Virgo, en vez de tenerlo en Piscis. Su condicionamiento le favorecería más su labor.

   Aparte de todo esto los aspectos entre los planetas, señalan la compatibilidad o la incompatibilidad ente los distintos condicionamientos que traemos y la consecuencia de estas compatibilidades o incompatibilidades. Siguiendo con el ejemplo que ponía antes, esta persona con Mercurio en Piscis imaginemos que tiene el Sol en Virgo. Pues aquí existe una incompatibilidad entre la percepción de su Yo, que es racional y la manera en que realmente funciona su mente racional. Esto es lo que en astrología psicológica se llaman subpersonalidades. Yo prefiero verlo más como condicionamientos, ateniendo más a la perspectiva budista.

    Tomar conciencia de los condicionamientos que tenemos es importante en el budismo. Tomar conciencia de ellos nos permite actuar de forma más consciente, evitando caer en la forma torpe de actuar, que sería en este caso dejándonos llevar por ellos. Hay que conocer los condicionamientos para liberarnos de ellos y para aprovecharlos si son positivos. Lo ideal es alcanzar la Budeidad y liberarnos de todos los condicionamientos, esto nos saca del Samsara, la rueda de las encarnaciones y nos proporciona libertad. Pero ese estado, es el mayor estado evolutivo que puede alcanzar un ser humano. Mientras estamos en el proceso de alcanzarlo, lo mejor es crear condicionamientos positivos a través de buenas obras.

    Otro aspecto de la filosofía budista es el de la interdependencia. Esto significa que nosotros no tenemos una existencia separada del universo y creerlo es caer en un engaño. Podría ir mucho más allá y decir que ni siquiera existimos como ente separado. ¿Quién es Segundo Ruiz?... este que os escribe. Mi ser no existe de forma separada. Este ser es el que escribe para otros en un blog y por tanto depende de otros, es el que escribe para sus amigos y seguidores, es el marido de María, el hijo de Antonio y Montse, el hermano de Angel, el alumno de Tito Maciá, el amigo de Llum y Roser y muchas otras personas. No podemos entender lo que somos de forma separada, pues de forma separada no existimos. Lo mismo que no nos podemos separar de nuestro entorno planetario y aquí también entra la astrología. Esto vincula la astrología con la antigua visión de los filósofos herméticos de que el microcosmos y el macrocosmos están interconectados.

SS. Dalai Lama
   El último aspecto de la filosofía budista que es importante conocer es de la transitoriedad, al cual mi amigo y maestro Bartolo, la persona que me introdujo en el budismo, llamaba impermanencia. Nada permanece para siempre, todo cambia. Por tanto, es un error apegarse a las situaciones, a las cosas, a las personas. Esto lo aprendemos en la astrología cuando estudiamos las distintas técnicas de predicción como las Direcciones, los Atacires, las Progresiones, los Tránsitos, etc., todo está en constante cambio. 

   Bueno, de momento lo dejo aquí. En posteriores artículos haré distintas reflexiones astrológicas, poniéndome mis gafas budistas. 

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