Neptuno desde la perspectiva budista

   Sigo con Neptuno mi recorrido de los planetas desde la perspectiva budista. Neptuno es el "polo espiritual" que influye en la intuición y en la imaginación. La intuición es la capacidad de conocer algo sin depender del conocimiento intelectual. Tiende a concer las cosas sólo de una manera directa, sin pensamientos. La imaginación otorga una amplia visión especulativa de las cosas y percibe la imagen completa de la interdependencia. Para ser imaginativo se necesita tener la mente abierta y no preocuparse de pequeños detalles. La visión tiene que formarse desde varios ángulos para que la imaginación funcione al máximo.

    El símil de estar parados en la cima de una montaña y tener una visión de 360 grados puede ayudarnos a entender a Neptuno. Uno contempla el paisaje y el horizonte, no pequeños detalles. Tanto la intuición como la imaginación dependen de imágenes para transmitir su comprensión. Los sueños son un buen ejemplo de esto. 

  La sensibilidad de Neptuno es peculiar. Por ejemplo, la Luna depende del nivel de conciencia de las emociones; Plutón es la respuesta del cuerpo ante determinada situación, y Neptuno se centra en visiones e imágenes. Las bendiciones intuitivas de Neptuno requieren que las personas desarrollen la habilidad interior de percibir dichas visiones. La práctica de la mditción es de gran ayuda para tal propósito. Sea cual fuere el lugar que Neptuno ocupe en la carta, es posible que se haga un énfasis mayor en el idealismo y en un punto de vista no material.

    Un practicante espiritual puede recurrir a la energía de Neptuno para hacerse con una visión más amplia de la vida. Asi el individuo será capaz de entender las cosas que estén más allá de la realidad física inmediata que percibe.

    Una influencia negativa de Neptuno estimula la falta de realismo, que por lo general se manifiesta en ensoñaciones y fantasías. Un individuo de actitud ambigua puede experimentar el efecto de Neptuno al actuar de manera vaga y poco clara, dada la sensación que lo invade de estar en medio de la niebla y ser incapaz de aclarar sus intenciones. Es como una cámara desenfocada en la que todo aparece borroso.