Visión Budista de la Casa 12ª.

    La Casa XII es la influencia astrológica que se ejerce sobre "los pensamientos, sentimientos y conciencia intuitiva que genera el inconsciente particular del individuo". Cualquier planeta que se coloque en esta casa puede ejercer una influencia inconsciente. La mayoría de las personas, atiborradas de actividades desde que se despiertan hasta que se duermen, disponen de muy poco tiempo para la contemplación interior. Una vida ajetreada puede provocar que uno sufra una motivación inconsciente por cualesquiera de los planetas que estén en la casa XII. Por ejemplo, si el Sol está en esta casa, la persona tiende a buscar la privacidad de manera inconsciente. Su trabajo puede exigirle que trate con gente a diario, pero tan pronto como cumple con esa obligación, el individuo desaparece. Aquí el efecto inconsciente se manifiesta en esa huida de toda situación social lo antes posible. A menudo esas personas se escabuyen los fines de semana para buscar entornos más privados y seguros. Es común escuchar de esas personas expresiones como: "necesito espacio para mí".


    Cuando se hace un esfuerzo consciente por realizar alguna actividad durante los ratos libres, como la meditación, cambia la influencia inconsciente. Dicha actividad para los ratos libres puede ser algo formal como la meditación, pero también algo tan simple como quedarse sentado y tranquilo en algún lugar. Los planetas en la segunda casa se vuelven parte de la mente consciente con un poco de meditación. Esto no significa que los planetas dejen de afectar a la persona, sino que uno tiene un mayor control o conciencia de la energía que generan. A continuación dejo unos videos donde se explica como practicar la meditación:





   El individuo espiritual con planetas en esta área posee una intensa vida interior. La importancia de encontrar el equilibrio entre las necesidades interiores y el funcionamiento exterior es el factor decisivo. Una señal de equilibrio puede ser la adquisición de buenas habilidades sociales, pues una actitud desequiibrada causa que uno se vuelva antisocial.

    Casi toda la gente queda atrapada por las exigencias del exterior, de modo que rara vez toca su mundo interno. Algunas personas dan una importancia desmedida al espacio personal y se retiran a su mundo interior en detrimento de su vida social y amistosa. Un budista trata de encontrar el equilibrio, el camino que está en medio de estos extremos. A esto se debe que los budistas mahayana recibamos el nombre de bodhisattvas. Somos guerreros espirituales que alcanzamos el equilibrio entre las actividades exteriores y la tranquilidad interior.

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