Visión budista de Neptuno en la casa Octava.

  Neptuno en la octava casa es la ubicación astral de los psíquicos. Esta habilidad no se relaciona necesariamente con la de los místicos, sino con el nivel elevado de percepción. La octava casa tiene una imagen de la química entre dos personas. Esta colocación traslada la intuición a las relaciones.



  
  Si la persona mantiene un comportamiento inadecuado, tendrá dificultades para entender a otros y relacionarse con ellos al perder el sentido de los límites. Al principio puede parecer una habilidad, pero en el fondo es reflejo de falta de diferenciación. Si esta persona no define con claridad sus límites personales, se vuelve influenciable.

    Una conducta equilibrada provee de una gran sensibilidad al tratar con las personas. Estos dones pueden explotarse al máximo mediante el desarrollo de la capacidad de vaciar la mente de expectativas y deseos personales, con el propósito de percibir con clarividencia lo que ocurre a su alrededor. Si las proyecciones personales no se relajan, la colocación propicia que la persona se vuelva supersticiosa, pues tiene una inclinación a ser demasiado imaginativa. La posibilidad de ser un buen clarividente depende de la capacidad de eliminar las actitudes prejuiciosas e hipercríticas.


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