Visión budista de los aspectos entre Venus y Neptuno.

Conjunción:

     La sensualidad y el polo espiritual están juntos. Este aspecto hace del individuo un verdadero romántico. Los rasgos imaginativos e intuitivos de Neptuno influyen sobre los reinos sensoriales. El amor se transforma en una experiencia espiritual, inmaterial. Los preámbulos y la atmósfera de una aventura amorosa producen un enorme placer. La implicación física del acto amoroso puede no interesarle tanto como una cena a la luz de las velas. La influencia negativa pone al individuo en riesgo de soñar todo el tiempo sin llegar a establecerse jamás. Sus efectos lo vuelven tímido y vago. No puede manifestar o articular sus sentimientos.

    El otro lado de este aspecto ofrece las dimensiones espirituales del amor. El amor trasciende hasta el nivel último de la realidad. La meditación produce una profunda experiencia de ser uno con el universo. La imaginación funciona bien si recibe afecto y placer.

      Neptuno permite que alguien reconozca de manera intuitiva cuando atrae a otras personas. El problema de este aspecto es la falta de terreno físico para que Venus se asiente. Se necesita una reflexión pragmática para darle un lugar adecuado el gran volumen espacial de Neptuno.

Cuadratura:

    La sensualidad y el polo espiritual y el polo espiritual se tensan uno al otro. La sensibilidad de Neptuno es como el lente de una cámara que se alarga ante cualquier objeto que enfoca. Esa lene podrá llegar a desenfocarse con el ángulo recto que forma la cuadratura. Las percepciones podrían ser falsas e ilusorias. Las expectativas que se tienen de las relaciones puede no cumplirse. Este aspecto tiende al romanticismo, pero suele ser incapaz de manifestar amor auténtico. La peor manifestación de este aspecto conduce a la persona a ignorar a su amante o sospechar de sus acciones. La sensibilidad y la imaginación se tensan. algunos individuos experimentan falsas percepciones sensoriales.

   Una actitud positiva y bien cimentada inspira el afecto espiritual. El individuo llega a convertirse en un amante del universo. Sus sentimientos altruistas y su devoción por algún guía espiritual llegan a ser bastante poderosos. El factor que propicia la manifestación de esta influencia positiva es la actitud realista que mantiene en vigilancia constante a la imaginación.

Oposición:

    La sensualidad y el polo espiritual se oponen. La imaginación y la sensualidad están en los extremos del péndulo. Éste se balancea entre una perspectiva amplia y la forma, el sonido, el aroma, el sabor y la textura. Este es un aspecto benéfico para los artistas y la gente espiritual. La imaginación y la intuición trabajan para elevar la sensibilidad del individuo.

    La influencia negativa  de ese aspecto limita la expresión amorosa del individuo. Neptuno hace que la persona fantasee demasiado y no comparta con su pareja su estado de ánimo. El otro lado del espectro está representado por el amor idealizado. Los sentimientos de amor se mezclan con el deseo de tener un alma gemela. La persona no es práctica.

     La influencia positiva se manifiesta gracias a la actividad equilibrada. Las prácticas espirituales abren el corazón y revelan la naturaleza del amor. El objetivo es mantener una actitud equilibrada y realista.

Sextil y Trígono

    La sensibilidad y el afecto trabajan juntos. Venus se beneficia de la percepción espiritual. La imaginación se adorna con un amaneramiento exquisito. Los artistas pueden utilizar este atributo para penetrar la belleza. Los individuos espirituales son capaces de percibir el temperamento emocional de sus amigos. La imaginación e intuición de Neptuno están en armonía con el afecto sensual de Venus.